Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://cyruslsts940797.aboutyoublog.com/46883687/detalles-inéditos-del-cabezazo-de-zidane